Reconectando con el corazón amoroso a nuestra propia divinidad.

A veces parece un cliché hablar de reconectar con el corazón amoroso a nuestra propia divinidad, pero la frecuencia más poderosa que existe en el universo y que puede armonizar todo es el amor. Cuando hablamos del amor, no solo se refiere al amor de pareja; se refiere a la capacidad de sentir amor por todo lo que existe en el universo y por ti mismo, abrazarte y tratarte de la mejor forma sin castigarte, condicionarte o juzgarte. Eso es el amor incondicional, el mismo que emana la fuente que todo lo es, o, si así lo quieren, lo pueden llamar Dios. Para hacer esta conexión es importante comprender que nosotros somos parte del todo, somos una chispa divina del universo y hay que dejar que sea nuestro corazón el que marque la dirección y no la mente, ya que estamos dentro de un juego de polaridades, en donde los juicios nos llevan a generar opiniones y experiencias desde el miedo, que es la fuerza opuesta al amor. ¿Cómo sé que me estoy conectando desde el corazón y no desde la mente? Pregúntate ¿Cómo te estás sintiendo? ¿Me estoy sintiendo feliz, me estoy sintiendo contento, me estoy sintiendo alegre? Si estás sintiendo esto, lo estás haciendo desde el corazón, lo cual no significa que todo el tiempo tienes que estar feliz; también es importante equivocarse y fallar, y no pasa nada porque no eres un robot, eres un ser humano que se puede equivocar. De esta manera uno de los retos más grandes que tenemos dentro de esta encarnación es aprender de nuestros errores ya que suceden para darte la experiencia y el aprendizaje necesarios para saltar de nivel. Y aunque muchas veces parezca que estas estancado, que no avanzas o simplemente no ves la salida, confía, conecta con tu divinidad desde tu corazón amoroso y date el permiso para escuchar las respuestas, tu alma conoce el camino para vivir tu vida en plenitud y armonía.

Toda respuesta está dentro de tí.